Como un velero a la deriva
navegué con tu barquilla varada,
pero izaste tus banderas
y empezaron a ondear,
a merced de tus impulsos
el combustible de tu savia
y al compás de mi timón,
la maquinaria empezó a funcionar,
A las olas de tus mareas
y a la sombra de tus banderas
por un mar de sensaciones viajé,
pareciendo uno confundidos,
entre murmullos de la brisa
y palabras encendidas,
componiendo las sílabas
este pasional poema conseguí rimar,
El cuerpo entro en calor
a golpe de timón aceleré
y contra corriente remé,
a tus labios entre abiertos llegué
y el frescor de tu boca sació la sed,
y tu sensible barquilla
al trasluz de las mareas,
viento en popa navegó
al vaivén de mi timón.
© RMC 29-01-2010